PALEOGRAFÍA

El pensamiento y la memoria como facultad psíquica son tan efímeros como la vida de cada persona. Para perpetuarse, ambos son susceptibles de ser transmitidos mediante el verbo (ayudado de la tradición oral) o mediante la escritura. Para que se dé el último caso, ha de contar con un sistema gráfico codificado. La cultura es acumulativa; es más fácil de ser transmitida y ampliada ayudándose de la escritura, que tiene la cualidad de poder permanecer impertérrita durante siglos.

Obra “La palabra abre la roca”, de Carlos de Gredos

Con el fin de que la escritura se materialice ha de ser realizada con algún objeto físico. Para ello es necesario en primer lugar el factor humano, es decir: alguien que haga la letra. En segundo lugar, se requiere la materia sobre la que se trazan los signos gráficos, por ejemplo papel, pergamino, arena, metal o piedra. En tercer lugar, es fundamental el medio para trazar las letras, como puede ser un instrumento: pluma, pincel, cincel, etcétera.

Desde el punto de vista etimológico, el vocablo paleografía tiene un significado vago. Está formada por dos vocablos griegos: παλαιός (palaios) significa antiguo o primitivo, γραφή (grafé) es grafía o escritura, y el sufijo –ía le otorga valor de disciplina. Por tanto, es la doctrina que estudia la escritura antigua. Este adjetivo es difuso, pues puede considerarse escritura antigua tanto la medieval como la de nuestro abuelo o la de nuestra madre cuando era joven. En general, se entiende que antigua alude a lo que ha caído en desuso y requiere aprender un sistema gráfico arcaico, diferente al actual. Normalmente, curiosos e investigadores aprenden paleografía de lectura para poder entender y transcribir los escritos custodiados en los archivos y otras instituciones, y así escribir la Historia, hacer la Historia.

Tradicionalmente, la paleografía era definida como la ciencia que estudiaba los escritos sobre material blando (papel, pergamino…), por contraposición a la epigrafía, que supuestamente estudiaba la escritura sobre materiales duros (piedra, metal). Desde un punto de vista científico paleográfico, esa definición está obsoleta, aunque aún insistan en repetirla cuantiosos autores, sobre todo, desde otras disciplinas (historia antigua, arqueología, etcétera). Ya empezó a ser desterrada durante la primera mitad del siglo XX el primer tercio y la primera mitad del siglo XX, con diversas contradicciones por parte de varios autores que, poco a poco, lograron resolver el problema historiográfico.

Juan Carlos Rodríguez: Secreto 2 (fragmento)
Obra “Secreto 2”, Juan Carlos Rodríguez

Existen numerosas definiciones de paleografía. Cada manual comienza con una distinta. Personalmente la defino en sentido amplio:  la paleografía es una ciencia autónoma que estudia la escritura antigua. Con ello asevero que, al ser ciencia autónoma -y no auxiliar- tiene objeto y método de análisis propio. Esa afirmación también implica que  la ciencia paleográfica tiene por objeto de estudio la escritura redactada sobre cualquier materia o soporte, de cualquier lugar y época pasada (teniendo en cuenta que ayer ya es pasado, y el presente lo será). Asimismo, implica que le importa quién y cómo produce esa escritura. Se interesa por el autor, las causas que le motivaron a redactar, cuándo, cómo, por qué o bajo qué circunstancias. Igualmente, la paleografía se ocupa de la lectura, de la censura, de la recepción por parte de la sociedad de ese texto, así como de su conservación. En este sentido, la paleografía también se interesa, valga por caso, por la historia de los archivos, relativa a quién, cómo y con qué fin se ocupaba de custodiarlos.

Si aceptamos que la paleografía es una ciencia autónoma que estudia la escritura, eso implica que puede estudiar todos los escritos (situándose “por encima de la epigrafía”). Entonces, cabría preguntarse cómo delimitar los campos de estudio de la paleografía y de la epigrafía. Una premisa aceptada es la siguiente: en función de la intención del escrito, el cual cambiará dependiendo de su finalidad y su función. Es decir, por un lado, la paleografía se centra más en estudiar los textos que se crearon con intención comunicativa limitada a ámbitos más personales, de carácter privado, como las relaciones contractuales que se firmaban ante un notario, la historia de un archivo o las vicisitudes que atravesó un diario personal en la Edad Moderna (cuyas fuentes normalmente son documentos custodiados en los archivos, aunque no tiene por qué obligatoriamente). Por otro lado, la epigrafía estudia los textos que tienen la intención de difusión, propaganda y perdurabilidad. Analiza así los escritos con afán propagandístico, divulgativo, con la intención comunicativa de difundir un mensaje públicamente (que suele coincidir como las inscripciones monumentales, las lápidas, etcétera).

Para profundizar sobre estas materias, recomiendo, entre otros escritos, leer el artículo cuya referencia es esta que sigue, Leonor Zozaya-Montes, “Nociones sobre paleografía, esa ciencia autónoma que estudia la escritura… escrita no sólo sobre materia blanda”, LaborHistórico, v. 7, n. 3, 2021, pp. 696-724. Ese estudio pincela algunos problemas de la transcripción paleográfica, en los que la autora profundiza después, en un capítulo cuya referencia bibliográfica es Leonor Zozaya-Montes: “En torno a la enseñanza de las normas de transcripción en la docencia de paleografía: observaciones, problemas y reflexiones”, en Laura V. Fielden Burns, Rafael Marfil Carmona, Karim Gherab Martín (coords.): Propuestas didácticas actuales, Madrid, Aranzadi, 2022, pp. 463-475.

Cambiando de tema, cabe recordar que esta página de internet  alfabeto forma parte de un blog, por lo que se irá enriqueciendo con información según disponga de más tiempo. Mientras, en este espacio virtual quedan a su disposición multitud de enlaces de interés sobre Paleografía, Archivística y Epigrafía. Además, en la pestaña sobre recursos en línea constan enlaces a revistas sobre esas y otras materias, con acceso gratuito a documentación tanto primaria como secundaria de archivos, bibliotecas y hemerotecas.

También ofrezco estas plantillas (como la de la imagen) que para aprender paleografía de lectura siempre recomiendo hacer de cada documento que se transcriba. Por un lado, aquí facilito una plantilla de alfabetos (donde se han de copiar las grafías del documento antiguo para asimilar y diferenciar las formas de las letras). Por otro lado, doy una plantilla de abreviaturas, nexos, ligaduras y formas de abreviar, donde se han de copiar signos generales de abreviación, signos especiales de abreviación y letras superpuestas; enlaces, nexos, ligados, y palabras abreviadas. Sirve para ilustrar estas fórmulas el ejemplo de la imagen del alfabeto**. También consta, a continuación un modelo que aúna alfabeto, nexos, ligaduras, abreviaturas  y cualquier otro elemento (aunque la plantilla está aún en fase de borrador, pero sirve).

Respecto a cómo usar estas plantillas, sugiero leer el artículo breve de mi blog, titulado: “La docencia de paleografía antes y después del coronavirus, o cuál es mi método para enseñar dicha materia en la universidad”, publicado en este mismo blog en el año 2020 (además, me publicaron una versión inglesa en el prestigioso blog de Teaching The Codex). Un estudio académico al respecto, más completo y extenso, consta en Leonor Zozaya-Montes, “La enseñanza de Paleografía: de las antiguas a las nuevas tecnologías y técnicas de estudio”, en Andrea Felipe-Morales, Raúl Cremades-García y Juan de Dios Villanueva-Roa (coords.), Docencia para el siglo XXI: avances metodológicos y nuevas estrategias, Valencia, Ed. Tirant humanidades, 2020, pp. 487-501. A su vez, ese análisis se completa con otro, cuya referencia es Leonor Zozaya-Montes, “Paleografía experimental en un laboratorio de Paleografía. Propuesta de innovación docente”, en Manuel Jesús Cardoso-Pulido, Juan Ramón Guijarro-Ojeda y Eugenio Maqueda-Cuenca (coords.): Reinventando la docencia en el siglo XXI, Valencia, Tirant humanidades, 2020, pp. 463-477.

En esta página reúno multitud de recursos sobre Paleografía, Epigrafía, Archivística y Documentación. Para practicar paleografía en línea, recomiendo tres pestañas: la lista de cursos de paleografía, la explicación de una selección de cursos en línea de paleografía interactivos gratuitos, y la explicación para hispanohablantes de un curso interactivo gratuito excelente, el Spanish Paleography Tool, en este artículo.

Para acabar, sobre la paleografía y recursos digitales, recomiendo dos artículos que publiqué hace años, de acceso libre y gratuito. El primero, publicado en una revista de impacto, es el de Leonor Zozaya-Montes, “Cursos online de paleografía: herencias, limitaciones, logros y propuestas”, El profesional de la información, vol. 23, num. 5 (sept-oct 2014), pp. 475-484. [También en Academia.edu, cuyo DOI es https://doi.org/10.3145/epi.2014.sep.04].

La referencia del segundo artículo, publicado en una revista indexada, es la siguiente: Leonor Zozaya-Montes, “NTIC e innovación docente: juegos en soporte digital para complementar el aprendizaje de paleografía”, Revista de Humanidades Digitales, 1 (2017), pp. 150-180. [DOI: https://doi.org/10.5944/rhd.vol.1.2017.17072].

__

* La imagen de cabecera es un fagmento de unas pruebas de alfabeto conservadas en el Archivo Histórico Provincial de Álava (ESC, 32058), consultado en Pares. El documento completo se puede ver en este tweet (pues en el enlace a pares se rompe el enlace).

**La imagen del alfabeto de caracteres antiguos procede de: Leonor Zozaya: (2012) “La aplicación de técnicas informáticas con fines docentes para un manual de paleografía”, en  Munita, José A.; Lema, José A. (eds.): La escritura de la memoria. Libros para la administración, Vitoria, Universidad del País Vasco, p. 369 (todo en pp. 365-370).

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Sugerencia de cita de este artículo:

Leonor Zozaya-Montes (2011): “Paleografía”, Paleografía y ciencias afines [documento en línea :]   https://paleografia.hypotheses.org/paleografia , consultado el  [día, mes, año].

ISSN: 2444-8893. Cite este blog / Quote this blog
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Leonor Zozaya-Montes

Historiadora. Profesora de paleografía y materias afines a la escritura antigua, e investigadora, principalmente dedicada a la Edad Moderna (y menos a la Edad Media). Autora de páginas sobre paleografía, redacción, lutería, música popular de tradición oral, inventos de música, vodeviles, etc. También desarrolla facetas vinculadas a la música y las artes plásticas.

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7 comentarios sobre “PALEOGRAFÍA”

  1. Es un tema nuevo para mi y me pareció muy interesante aprender nuevos conceptos y conocimientos, seguiré siendo asidua en este blog, para conocer mas.

  2. Hola !! Una consulta Dra.
    Los escritos sagrados sobre papiro, pergamino, vitela entre otros como arcilla, piedras, etc……son objeto de estudio de la paleografía ??
    Además los manuscritos unciales y cursivos, etc, también??
    Como se datan precisamente los años de tales escritos si estos estilos se utilizaron por siglos ??

    1. Hola, buenas tardes:

      Cualquier escrito puede ser objeto de estudio de la paleografía, sea cual sea su soporte, o el estilo de letra que se haya usado al redactarlo.
      Datar tales escritos es tarea complicada de resumir en breves líneas. Para hacerse a la idea, hay una disciplina dedicada estudiar con qué data actual de nuestra era corresponde la del escrito antiguo, denominada Cronología. Aunque no soy ninguna entusiasta de la Wikipedia, en la voz cronología se puede hacer a la idea de en qué consiste.

      Saludos.
      Leonor

      1. Gracias… yo tampoco soy amante de Wikipedia pero dado que usted me lo dice lo leeré para tener una idea, gracias, y desde ya se agradece muchísimo la labor de ustedes…

  3. M6chas gracias Doctora, por su enseñanza, seré su alumna en julio del 2017.
    Ena Romero.

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